La falta de independencia económica de las mujeres es una barrera para salir de una situación de maltrato. El 80% de las víctimas de la violencia de género que están en paro identifica la falta de trabajo como la mayor barrera para pedir ayuda y denunciar. Así concluye el último informe elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco.De este estudio realizado a partir de 350 encuestas se desprende que a la hora de denunciar pesa más incluso la falta de empleo que el miedo a las represalias o la dependencia emocional o afectiva. En esta ecuación también pesan otros factores, en todo caso, como el miedo a perder la custodia de los hijos o la inseguridad jurídica que perciben las víctimas. Irene Gil, responsable del estudio, explica que «el desempleo las coloca en una situación de vulnerabilidad extrema, no tienen independencia económica, tienen la autoestima muy minada y no cuentan con el círculo social del trabajo que se convierte en una red de apoyo para salir adelante».Una mujer duerme en la calle sobre unos cartones en una imagen de archivo. Fuente: Europa Press.Las denuncias por violencia doméstica en la Región crecieron el año pasado un 12,6 por cientos, casi tres puntos y medio por encima de la media del conjunto del país. Casi tres de cada cuatro encuestadas preferían mencionar la situación de violencia de género en las entrevistas de trabajo, “por si pudiera perjudicarle”.Casi el 65% de las mujeres desempleadas víctimas de violencia se plantea, según este estudio trabajar en economía sumergida ante la necesidad imperiosa de ingresos económicos. Gil asegura que «lo que está sucediendo es que ahora todo se está visibilizando» y añade que hay que tener en cuenta que hay que estar alerta «cuando se vienen situaciones de crisis económicas como la generada en el contexto de pandemia porque ahí las mujeres están encerradas en casa y no pueden pedir ayuda».Perspectiva de género en la asistencia a mujeres sin hogar Desempleo, maltrato y sinhogarismo van de la mano en muchos casos. Las mujeres que están en situación de calle han aumentado un 47,4 % en la última década. Ahora mismo 2 de cada 10 personas que están sin techo son féminas. Varias organizaciones en nuestra comunidad trabajan con este colectivo, una de ellas es ACCEM.Han atendido casi 1.000 mujeres sin hogar en lo que llevamos de año. Una de cada cuatro salieron de sus hogares después de haber sufrido violencia de género. Es por esto, que esa ONG une dos efemérides, la del Día Europeo de las Personas Sin Hogar y la del 25N para subrayar la invisibilidad que atribuyen a este colectivo lo cual potencia más su papel de víctimas. Carolina Espinosa, de ACCEM, cuenta que «hay situaciones que invisibilizan esta situación ante la sociedad, por ejemplo cuando están en viviendas en las que se les explota laboral o sexualmente».De las mujeres sin hogar que han sufrido violencia antes de verse en la calle, 8 de cada 10 han atravesado un episodio de este tipo más de una vez. Cuando se quedan sin techo, su vulnerabilidad aumenta y frente a ellas encuentran en muchos casos unos recursos asistenciales que son mixtos, no están preparados para atender sus especificidades. Espinosa insta a no olvidarse de estas mujeres y cuenta que desde ACCEM están introduciendo en sus políticas asistenciales el factor del género.