Un Policía Nacional fuera de servicio salvaba la vida hace unos días de un bebé de trece meses que se había atragantado y no podía respirar. El agente le practicó la maniobra de Heimlich tras escuchar los gritos de auxilio de la madre del niño en un supermercado de la pedanía murciana de Santo Ángel.Sucedía hace unos días en concreto el 28 de octubre. Juan José es Policía Nacional y ese día que no trabajaba, estaba comprando. En un momento dado escuchó a una mujer que llevaba en brazos a un bebé pidiendo ayuda de manera muy nerviosa y angustiada.Se acercó a ella y comprobó que el niño no respiraba, estaba semirrígido con la cara y labios de color azulado. El bebé no había ingerido nada, le revisó la boca, lo puso poca abajo y le dio cinco golpes en las escápulas. Viendo que seguía sin respirar procedió a practicarle la maniobra de Heimlich, la primera no dio resultado y se temió la peor, la segunda afortunadamente permitió que el bebé comenzara a respirar tras expulsar una masa compacta de mucosidad. Cristina, la madre del bebé, recuerda los minutos como angustiosos y afirma que no sabe cómo agradecer a Juan José lo que ha hecho por su pequeño Alex.