¿Tienes un trabajo decente?

¿Cómo se puede saber si tienes un trabajo decente? Parece fácil pero los sindicatos señalan que lo habitual es que un trabajador no sea consciente de que tiene un trabajo no decente. Para ello, UGT y Comisiones Obreras han publicado una serie de 'inputs' que un trabajo debe cumplir para que sea decente. M. Jesús Gómez, secretaria de Organización y Comunicación de CCOO Región de Murcia, enumera estas características. «¿Conoces tu horario con antelación? ¿Tu salario es adecuado a la vida y al puesto que ocupas? ¿Pones en riesgo tu salud al ir al trabajo? ¿Tu entorno laboral es amable? ¿Se respetan tus derechos laborales? ¿Tu contrato es estable? Si en cuatro de estas preguntas la respuesta es no, no tienes un trabajo decente».Eliminar la brecha de género o reducir la jornada laboral son asuntos todavía por superar y que aumentan la posibilidad de que un puesto de trabajo no cumpla con las premisas para que sea decente. Ascensión Ludeña, Secretaria de Empleo y Formación de UGT-RM, da más claves. «Trabajo decente es igualdad. Trabajo decente es trabajar para vivir no vivir para trabajar. Trabajar decentemente es trabajar con salud y con seguridad».Con los salarios queda margen de mejora. Los datos que da UGT son demoledores. En España cobramos un 26% menos que los trabajadores europeos. Los murcianos lo tenemos peor. Un 10% menos que el resto de españoles. Ascensión Ludeña reivindica que es necesario «asegurar salarios justos porque arrastramos un grave problema de bajos salarios en nuestro país y más en nuestra Región».Han sido décadas de lucha obrera para llegar hasta hoy, donde los sindicatos señalan que se han dado grandes pasos. Desde UGT reconocen que la conciencia del trabajador está aumentando. «Cada día hay más denuncias por las condiciones de trabajo en las que están muchos trabajadores y trabajadoras. Y cada vez hay más concienciación. Pero para eso ha habido un largo camino y para eso seguimos luchando», señala Ludeña. Menos optimistas son en Comisiones Obreras, quien marcan la crisis de 2008 como un punto de inflexión en el que la lucha obrera se vio muy ralentizada. Por ello animan a levantarse. «Tenemos la sensación de pesimismo y de que la sociedad tiene que levantarse, que afiliarse. Y que hay que empezar a luchar por todo ello», recalca Gómez.

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