Tras tomar algo de distancia de la destrucción provocada por la DANA, es momento de mirar otras consecuencias de estas intensas lluvias que son mucho menos dramáticas. La más evidente, tiene que ver con el incremento de las reservas que almacenan los embalses de la cuenca del Segura. Su situación ha mejorado sensiblemente, porque este doble episodio de precipitaciones ha dejado casi 35 hectómetros cúbicos en el sistema, pero el presidente de Confederación, Mario Urrea, asegura que sigue sin ser suficiente para garantizar las necesidades del año hidrológico y que, por tanto, las restricciones impuestas al regadío tradicional se van a mantener al menos hasta primavera.A fecha de este miércoles, los embalses del Segura contienen 231 hectómetros cúbicos de agua, nueve más de los que almacenaban el año pasado por estas mismas fechas y 35 más de los que tenían hace apenas un mes explica Mario Urrea.También aumentan los recursos procedentes del Trasvase Tajo-Segura, porque están empezando a llegar a la cuenca los envíos autorizados de estos últimos meses y ésta es, además, una época de bajo consumo. Aún así, dice Urrea, estamos lejos de alcanzar un nivel que garantice la normalidad para lo que resta de año hidrológico. Por eso el presidente de Confederación deja claro que las restricciones en vigor se van a mantener.Y la situación no se modificará hasta que llegue la primavera. Para entonces, Urrea no descarta ningún escenario: es posible que las restricciones se suavicen, pero tampoco podemos descartar que sea necesario endurecerlas.Por otro lado, el presidente de Confederación se muestra satisfecho por el hecho de que el Ayuntamiento de Murcia haya dado el visto bueno a la reforma del proyecto de construcción del colector norte. Aunque Urrea no dispone todavía de una comunicación oficial de aceptación por parte del Ayuntamiento, considera que la actitud de las autoridades municipales allana el camino a una modificación que era inevitable, una vez que el informe de CEMEX advirtió de que el proyecto inicial podía tener un efecto indeseado y provocar inundaciones en las pedanías cercanas al cauce del Segura que están aguas abajo de las ramblas de Churra y Espinardo. Ahora, dice, sólo falta que el Ayuntamiento ponga a disposición de Confederación los terrenos en los que tienen que construirse los diques contemplados en el nuevo diseño.