Un mes hace este viernes de la peor catástrofe natural que ha sufrido España en lo que llevamos de siglo, que se ha cobrado 229 vidas y generando ingentes daños materiales. La situación ha mejorado pero sobre todo en la provincia de Valencia, están muy lejos de alcanzar la normalidad. «No nos dejéis solos» los vecinos a militares y periodistas durante los primeros, conscientes de que iban a pasar meses de trabajo. Un tiempo en el que acabarían saliendo del foco.A esta petición ha respondido este mismo viernes la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Pilar Bernabé quería despejar cualquier duda de que los recursos del Estado se mantendrán hasta el final.Los municipios de la «zona cero» siguen necesitando atención. Luchan por dejar atrás la devastación en un horizonte lleno de necesidades acuciantes. La solidaridad ha llegado de muchas comunidades, incluida la Región de Murcia. El presidente López Miras, decía este viernes seguir impactado por lo ocurrido en Valencia y también en el vecino municipio albaceteño de Letur.La imperiosa urgencia de que las ayudas lleguen ya a las personas afectadas y la petición de más maquinaria pesada para deshacerse de una vez del fango son algunas de las reclamaciones más repetidas en estas localidades. Esos lodos pueden generar problemas de salud pública que hay que atajar.Además de esto, sigue habiendo colegios cerrados, 46.000 viviendas dañadas y 120.000 coches sin reponer. Lo que ya nunca podrá recuperarse es a los 222 fallecidos en la provincia de Valencia mientras se siguen buscando 4 personas más desaparecidas.Se ha avanzado en materia de ayudas. Hay tres reales decretos aprobados con medidas por importe de 16.600 millones de euros. Y también hay apoyo, en este caso de voluntarios, para facilitar la gestión a quienes no se manejan con la informática y que lo han perdido todo como esta vecina de Paiporta.Lo que ha sufrido un frenazo claro es el espíritu de concordia de los primeros instantes. Pareció incluso que podía mantenerse pero ha sido muy rápido pasar de este talante de Sánchez y Mazón…La complicadísima situación, unida a la cada vez más agria bronca política, mantiene a un buen número de alcaldes tristes, frustrados y enfadados. Son los de Paiporta, Aldaya, Alaquàs, Alfafar, Benetússer, Algemesí, Cheste, Ribaroja y otros muchos que no pueden despegarse de la situación de sus vecinos cuyas necesidades de salud mental, también tendrán que atender.