GREGORIO LEÓNDesafiar a los dioses es contrario a la naturaleza. Rafa Nadal es pura mitología del tenis. Y a Carlos Alcaraz le habrán recorrido durante las últimas horas emociones encontradas, que habrán entrado en colisión. Reducir a tu ídolo en la batalla final. Ganarle a quien siempre has reverenciado. Hacer sufrir al que tantos momentos de placer te ha procurado. Pero el murciano ha sido fiel a sus designios. Da igual si era un partido del circuito ATP o en una exhibición nacida de las plantas petrolíferas. Su instinto es ganar. Pura ley animal. Como el león ante una manada de cebras. Imposible no lanzarse a por ellas. Así lo dicta la naturaleza. Y esa enseñanza se la transmitió al joven Carlitos el maestro que tenía delante en Riad.Rafa Nadal, ya en el crepúsculo de su carrera, está escenificando en cada partido un adiós por capítulos. En cada uno de ellos, convertido en un artículo de colección, se nos va un trozo de la vida. Porque nuestros días de felicidad han transcurrido paralelos a los del héroe de Manacor. Nuestro físico se ha ido modificando al compás del suyo. De la melena frondosa a la alopecia. Los ocho primeros puntos del partido fueron para Alcaraz. El león ante la manda de cebras. El instinto. Pero Nadal también quería expresarse, y empezó a mejorar sus porcentajes de primeros, a abrir ángulos, a sacar su sapiencia milenaria. Había combate. Y aun así, Alcaraz no estaba dispuesto a dejar muchos resquicios, y ya con el viento soplando a su favor, firmó una nueva ruptura para atrapar el set. 6-3. Rafa Nadal quiso presentar más batalla en el segundo capítulo. Se anotó un juego en blanco, y le apretó las clavijas a Alcaraz al resto. Pero fue un espejismo. No iba a haber cambio de vías. Y mucho menos de dirección. El camino estaba trazado. Y el jugador murciano, muy seguro con sus golpes, envió con un revés cruzado a dos manos una bola imposible para su rival. Ruptura y a seguir trabajando. Se levantó Nadal, con un juego impecable que le colocó 4-2. La rebelión acabó ahí. Ni siquiera los gritos de ¡Rafa, Rafa! procedentes de las gradas repletas, le salvaron. Hasta ahí llegaba la aventura de un héroe cansado. Alcaraz jugará el sábado la final del Six Kings Slam, ante Jannik Sinner, que derrotó a Djokovic después de una batalla que se fue a los tres sets.