A María José siempre le llamó la atención la cantidad de extraños seres que pueblan los fondos abisales y los que están aún más abajo. Comenzó a hacer dioramas representando estas figuras con deshechos de plásticos y juguetes rotos. Rafael Hortal le dio la iluminación adecuada y las fotografió. Desiderio Guerra, haciendo uso de la inteligencia artificial regenerativa, y usando las palabras adecuadas, les dio la última pátina para hacer creíbles unas imágenes pensadas para hacer un llamamiento: no podemos seguir contaminando.Esta exposición se enmarca dentro del Plan EXE de Espacios Expositivos 2024, y organizado por el Instituto de las Industrias Culturales y las Artes.